Jackie Chan, leyenda mundial del cine de acción y las artes marciales, ha acumulado una fortuna estimada en aproximadamente 180 millones de euros, a lo largo de una prolífica carrera con más de 200 películas. Sin embargo, su vida personal contrasta con su éxito profesional, especialmente en lo que respecta a su relación con sus hijos.
El actor sorprendió al público al declarar que su hijo Jaycee Chan no heredará su fortuna. Según Chan, dejar una gran herencia no beneficia a los hijos, ya que cada persona debe forjar su propio camino. Esta filosofía se refleja en una anécdota de su autobiografía: durante un vuelo, compró un billete de primera clase para él y uno en clase económica para su hijo, justificando que “quien no tiene dinero, se sienta aquí”.
Jaycee, fruto de su matrimonio con la actriz Joan Lin, ha intentado seguir los pasos de su padre en el mundo del espectáculo, pero sin lograr el mismo reconocimiento. En 2014, fue arrestado en China por posesión de marihuana y pasó seis meses en prisión. Aunque decepcionado, Jackie afirmó que su hijo debía asumir la responsabilidad de sus actos, pero que seguiría apoyándole como padre.
La relación de Jackie con su hija Etta Ng Chok Lam, nacida de una relación extramatrimonial, es aún más distante. En 2018, Etta declaró que vivía en situación de calle junto a su pareja y acusó a sus padres de homofobia. Aunque no mencionó directamente a Jackie, los medios interpretaron sus palabras como una crítica a la falta de apoyo y contacto por parte del actor.
A sus 71 años, Jackie Chan asegura que no planea retirarse y continúa activo en el cine. Ha manifestado su intención de donar la mayor parte de su fortuna a organizaciones benéficas. Su postura sobre la herencia y los vínculos familiares ha generado debate, revelando un marcado contraste entre su imagen pública y su vida privada.