El pastor Michael Napier, del estado de Tennessee (Estados Unidos), protagonizó un caso extraordinario de recuperación tras ser diagnosticado con muerte cerebral en marzo de 2021. Napier, que ya había enfrentado complicaciones graves por la Covid-19 en octubre de 2020 —estuvo 19 días hospitalizado, requirió ventilación mecánica y fisioterapia para volver a caminar—, sufrió un derrame cerebral tras interrumpir el tratamiento con anticoagulantes por recomendación médica.
El 19 de marzo de 2021, fue sometido a una cirugía para aliviar la presión intracraneal. Sin embargo, días después, los médicos informaron a su familia que no presentaba actividad neurológica y que probablemente había sufrido muerte cerebral. Ante este panorama, recomendaron desconectar los aparatos de soporte vital. El 24 de marzo, la familia accedió, y los especialistas estimaron que no sobreviviría más de 12 horas.
Contra todo pronóstico, horas después de ser desconectado, Michael comenzó a moverse por sí solo. Su esposa, Linda Napier, recuerda cómo desafió las predicciones médicas: “Dijeron que sería un vegetal. Yo les respondí: ‘Os vais a sorprender’”.
Tras semanas de hospitalización y rehabilitación, el pastor logró recuperarse completamente, sin secuelas cognitivas ni motoras. “Los médicos pensaron que quedaría paralizado de un lado. No fue así. Pensaron que tendría problemas cognitivos. Tampoco”, explicó Linda.
Michael atribuye su recuperación a un milagro divino, aunque también agradece profundamente el trabajo del personal médico: “Dios usó a los médicos y enfermeros para obrar en mi vida. Estoy agradecido por tener la oportunidad de dar gloria a Él hoy. Oro para que esta historia acerque a alguien a Dios”.
El caso de Napier ha sido considerado por muchos como una muestra de esperanza y fe, desafiando las certezas clínicas y demostrando la capacidad del cuerpo humano para recuperarse en circunstancias extremas.