Shirley Nunn, una mujer británica de 67 años, fue hallada muerta junto a su hijo Stephen, de 50, en su domicilio en Middlesbrough, Inglaterra, en octubre de 2021. La fecha coincidía con el aniversario del fallecimiento de su esposo, Paul, quien también murió de cáncer en 2019. Shirley había sido diagnosticada con cáncer de pulmón en fase terminal en julio de 2021. Un mes después, se le informó que la enfermedad se había extendido al cerebro, la columna vertebral y la pelvis.
Stephen sufría de parálisis cerebral y epilepsia, secuelas de una lesión cerebral grave en la infancia, y dependía completamente de su madre para su cuidado. La policía localizó los cuerpos tras ser alertada por familiares que no lograban contactar con ellos.
Un informe de Homicidio Doméstico elaborado por la Middlesbrough Community Safety Partnership describe a Shirley como una madre “amorosa y dedicada”, que siempre priorizó las necesidades de su hijo. Aunque no se encontraron indicios claros de que hubiera planeado un suicidio conjunto, el informe señala que Shirley mostraba señales de fragilidad emocional durante sus ingresos hospitalarios.
El documento también critica la falta de comunicación entre el personal médico y los servicios sociales, indicando que no se compartió suficiente información sobre su salud mental. Se concluye que el apoyo psicológico y asistencial podría haber sido más adecuado en su caso.
La pérdida de su marido y el diagnóstico terminal parecen haber sido factores determinantes en su estado emocional. El Consejo de Middlesbrough destacó que Shirley siempre puso por delante el bienestar de Stephen, incluso en sus momentos más difíciles.