Durante un reciente acto oficial en la Casa Blanca, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a ser foco de atención al lucir una mancha oscura en el dorso de su mano derecha. La imagen, ampliamente difundida en redes sociales y medios de comunicación, reavivó las especulaciones sobre su estado de salud, especialmente tras episodios similares ocurridos en el pasado.
La Casa Blanca respondió rápidamente a las inquietudes, asegurando que la mancha se debe a una irritación cutánea benigna. Según el equipo médico presidencial, esta alteración en la piel está relacionada con el uso continuo de aspirina en baja dosis —un anticoagulante común para la prevención de enfermedades cardiovasculares— y con el desgaste físico derivado de los frecuentes apretones de manos que realiza el mandatario.
No obstante, esta no es la primera vez que se observa una condición similar. En julio del año anterior, una situación parecida llevó a un diagnóstico de insuficiencia venosa crónica, tras la realización de pruebas como ecografías que revelaron dificultades en el retorno sanguíneo desde las piernas hacia el corazón. Esta afección, común en personas mayores, provoca síntomas como hinchazón, pesadez en las piernas y cambios en la pigmentación de la piel.
Además, en otras ocasiones se ha documentado el uso de maquillaje en las manos del presidente para disimular la desigualdad en la coloración de la piel, un detalle que ha sido ampliamente comentado por la prensa.
La insuficiencia venosa crónica, aunque permanente, es considerada una condición benigna. Su tratamiento habitual incluye medidas como la elevación de las piernas, el uso de medias de compresión y medicamentos que favorecen la circulación. Según el equipo médico, esta dolencia no interfiere con las funciones del presidente ni representa un riesgo significativo para su salud general.
La Casa Blanca ha insistido en restar importancia al incidente, buscando evitar interpretaciones alarmistas sobre el estado físico de Trump, especialmente en un contexto político cada vez más polarizado y con la atención pública centrada en su figura.