Heather Johnston, una mujer estadounidense, tomó la emotiva decisión de destinar el dinero reservado para su boda al tratamiento médico de su perro Elvis, de 15 años, quien comenzó a sufrir convulsiones y desmayos por causas aún desconocidas. En lugar de una gran celebración, ella y su prometido, Andrew Boccuzzi, optaron por planificar una ceremonia íntima donde su querido compañero canino pudiera estar presente.
Heather explicó que no dudó en redirigir los fondos hacia la salud de Elvis, afirmando que lo ama más que a nada en el mundo, quizás solo después de su prometido. Adoptado durante su adolescencia tras ser visto por su hermana fallecida en un refugio, Elvis ha estado con Heather en los momentos más importantes de su vida: la muerte de su hermana, su graduación, el divorcio de sus padres, y la apertura de su negocio, un centro de cuidado de mascotas llamado Little Paws B&B Dog Daycare & Boarding, del cual Elvis es el simpático y oficial mascota.
La pareja no muestra ningún arrepentimiento por haber pospuesto la boda. Heather fue tajante al declarar: “Me endeudaré por mi perro, pero no por una boda”. Su prioridad es que Elvis esté presente en una pequeña celebración antes de considerar una fiesta más grande en el futuro.
Afortunadamente, tras iniciar el tratamiento con medicación, Elvis ha mostrado signos de recuperación. Heather compartió con alivio que su perro ha vuelto a disfrutar de paseos, excursiones, e incluso asistió a una boda. “El rey ha vuelto”, dijo emocionada.
Aunque no se ha revelado el coste exacto del tratamiento, se estima que una atención veterinaria especializada en Estados Unidos puede oscilar entre los 5.000 y 15.000 dólares, lo que equivale aproximadamente entre 4.600 y 13.800 euros.
Esta historia ha conmovido a miles de personas en redes sociales, destacando el profundo vínculo que puede existir entre humanos y animales, y cómo, para algunos, el amor por sus mascotas supera cualquier protocolo social o tradición.