El pasado 17 de agosto, un vuelo de la aerolínea Condor Airlines que cubría la ruta entre Corfú (Grecia) y Düsseldorf (Alemania) vivió un aterrador incidente cuando uno de los motores del Boeing 757 comenzó a expulsar llamas apenas 20 minutos después del despegue. A bordo se encontraban 273 pasajeros y ocho miembros de la tripulación. El suceso ocurrió a una altitud aproximada de 11.000 metros, cuando una falla en el flujo de aire del motor provocó explosiones y fuego visible, generando pánico entre los ocupantes.
Ante la situación, varios pasajeros enviaron mensajes de despedida a sus familiares, temiendo por sus vidas. Un vídeo grabado desde tierra muestra claramente cómo el motor derecho del avión lanzaba llamaradas intermitentes que iluminaban el fuselaje.
Pese al caos, la tripulación actuó con profesionalidad. Los pilotos declararon emergencia y desviaron el avión hacia el aeropuerto de Brindisi, en el sur de Italia, donde aterrizaron de forma segura unos 15 minutos después del incidente. No se registraron heridos.
Condor Airlines emitió un comunicado explicando que no se trató de un incendio propiamente dicho, sino de una reacción química que normalmente ocurre dentro del motor, pero que en esta ocasión se manifestó externamente. La compañía aseguró que la seguridad de los pasajeros no estuvo comprometida en ningún momento.
Una vez en tierra, surgieron nuevos inconvenientes. La ciudad de Brindisi no contaba con infraestructura hotelera suficiente para alojar a todos los pasajeros. Como medida de emergencia, la aerolínea proporcionó mantas, vales de comida y mantuvo abiertas las tiendas del aeropuerto. Muchos viajeros pasaron la noche en el propio terminal hasta que se dispuso otro avión para continuar el trayecto hacia Alemania.
Este incidente pone de relieve la importancia de los protocolos de seguridad en la aviación comercial. Aviones como el Boeing 757 están diseñados para operar incluso con un solo motor, y los pilotos reciben formación intensiva para afrontar este tipo de emergencias. A pesar del susto, la respuesta eficiente de la tripulación evitó una tragedia mayor.