Grace Spence Green, una joven británica de 22 años y estudiante de Medicina, sufrió una lesión irreversible en la médula espinal en 2018 tras ser impactada por un hombre que se arrojó desde el tercer piso de un centro comercial en Londres. El incidente ocurrió en el Westfield Shopping Centre, en Stratford, poco después de que Grace se despidiera de una amiga. La caída de aproximadamente 30 metros la dejó inconsciente durante ocho minutos y sin sensibilidad en las piernas.
La joven, que había finalizado un periodo de prácticas en una maternidad en Maidstone, fue trasladada de urgencia al hospital, donde se sometió a una cirugía de ocho horas para reparar las vértebras dañadas. Sin embargo, los médicos confirmaron que la lesión era permanente y que no volvería a caminar.
A pesar de la gravedad del accidente, Grace ha demostrado una notable resiliencia. En declaraciones a la BBC, afirmó no guardar rencor al hombre que cayó sobre ella y prefiere pensar que su presencia en ese lugar evitó una tragedia aún mayor. “Si yo no hubiera estado allí, él podría haber muerto. Me gusta pensar que estaba allí para amortiguar su caída”, comentó.
Actualmente, Grace ejerce como médica y asegura que nunca ha sido cuestionada por su condición de usuaria de silla de ruedas. Para ella, la silla representa fuerza y no una limitación. “Poder caminar no es la clave de la felicidad”, afirmó. Su historia se ha convertido en un símbolo de superación y adaptación ante la adversidad.