Angelica Radevski, una enfermera de 35 años de Virginia Occidental (EE. UU.), decidió preservar y enmarcar un fragmento de piel tatuada de su marido tras su repentina muerte a los 55 años. La pareja, que se conocía desde la juventud y se casó en 2021, tenía un hijo de 10 años. El difunto era un apasionado del deporte y fanático de los Pittsburgh Steelers, llevando numerosas tatuajes que, según Angelica, representaban su forma de terapia y sanación emocional.
Tras el fallecimiento, Angelica eligió conservar la imagen de un casco de los Steelers tatuado en el brazo derecho de su esposo, la favorita tanto de él como de su hijo. El proceso fue realizado por la empresa especializada Save My Ink Forever. El agente funerario extrajo cuidadosamente el fragmento de piel antes de la cremación, lo colocó en un kit de preservación y lo envió a la compañía. El procedimiento completo duró unos 90 días.
Al recibir la pieza enmarcada, Angelica expresó su conmoción positiva. Su hijo incluso notó que aún se podían ver pelos originales en la piel preservada, lo que intensificó la sensación de presencia del padre en casa. “Siento que realmente está en casa”, afirmó Angelica.
La historia fue compartida en TikTok, donde el vídeo alcanzó cerca de 30 millones de visualizaciones. La mayoría de los comentarios fueron de apoyo y admiración, aunque también hubo críticas, comparándola con figuras controvertidas como Jeffrey Dahmer. Sin embargo, Angelica defendió su decisión, asegurando que esta memoria tangible le brinda consuelo en su duelo.
Además, aprovechó la visibilidad para hacer un llamado a la planificación anticipada de aspectos financieros y decisiones post mortem, subrayando la importancia de normalizar las conversaciones sobre la muerte. “En lugar de planear una boda durante un año, ¿por qué no comenzar a planificar la muerte?”, cuestionó.
La enfermera concluye que, más allá de lo espiritual, tener una parte física de su marido le proporciona una conexión más profunda que una simple fotografía.