




La advertencia del renombrado físico Stephen Hawking, fallecido en 2018, ha resurgido con fuerza en los círculos científicos, ante la creciente preocupación por un posible contacto con civilizaciones extraterrestres. Hawking advertía que cualquier civilización alienígena capaz de comunicarse o viajar entre estrellas sería, probablemente, tecnológicamente superior a la humanidad, lo que podría representar una amenaza existencial. Comparaba esta posibilidad con el encuentro entre europeos y pueblos indígenas en América, con consecuencias devastadoras para estos últimos.
Este mensaje vuelve a cobrar relevancia por dos razones clave. La primera es la creciente atención a la llamada “trampa de la inteligencia”, una hipótesis que sugiere que detectar señales alienígenas podría atraer especies hostiles. La segunda está relacionada con el objeto espacial 31/ATLAS (anteriormente clasificado como cometa C/2019 U6 Lemmon), cuya trayectoria inusual ha despertado el interés del profesor Avi Loeb y su equipo de la Universidad de Harvard, quienes no descartan que se trate de una sonda de origen artificial enviada por otra civilización.
Se prevé que el 31/ATLAS pase por Júpiter, Venus y Marte antes de acercarse a la Tierra a una distancia de unos 359 millones de kilómetros. Aunque la mayoría de los expertos lo considera un cometa atípico, la incertidumbre sobre su verdadera naturaleza ha reavivado el debate sobre si es prudente interactuar con objetos desconocidos.
Hawking no se oponía a la búsqueda de vida inteligente y apoyó proyectos como Breakthrough Listen, centrados en escuchar el universo. Sin embargo, era firme en su postura de no enviar señales activas al espacio, defendiendo que el silencio podría ser nuestra mejor protección.
Incluso teorías no científicas, como las profecías de la vidente Baba Vanga, han sido mencionadas en este contexto, alimentando el interés del público. No obstante, el enfoque sigue siendo científico. El legado de Stephen Hawking nos recuerda que, frente a lo desconocido, la curiosidad debe ir siempre acompañada de cautela.