Thainá Cardoso do Vale, de 22 años, de Goiânia (Brasil), descubrió durante el embarazo que su hijo, Théo, nacería con un solo riñón. El diagnóstico se produjo en el sexto mes de embarazo, en una ecografía morfológica, y se confirmó en otra prueba realizada a petición de la médica que le hacía el seguimiento prenatal.
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Tras el nacimiento, las pruebas de imagen confirmaron el diagnóstico de riñón único. “Cuando nació, le hicieron una ecografía y, lamentablemente, se confirmó que solo tenía un riñón, un riñón único”, afirmó Thainá en una entrevista con CRESCER. Según ella, el equipo médico explicó que, aunque era poco frecuente, la afección no impediría que Théo tuviera una vida normal, siempre y cuando fuera supervisado por especialistas.
La noticia preocupó a la familia, y Thainá contó que se sintió responsable. “No dejaba de pensar: ¿qué es lo que no hice? ¿Qué podría haber hecho de otra manera? ¿Debería haberme alimentado mejor, tomado todas las vitaminas, hecho ejercicio físico? Me quedé con esa sensación, como si fuera mi responsabilidad que mi hijo no tuviera los dos riñones perfectos. Pero, con el tiempo, comprendí que, por mucho que estuviera dentro de mi cuerpo, yo no tenía el poder de garantizar un cuerpo perfecto”, dijo.
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Cuando Théo cumplió cuatro meses, la familia acudió a un nefrólogo, que solicitó nuevas pruebas de imagen. Durante la ecografía, el médico responsable informó de que el pequeño tenía dos riñones. Sin embargo, uno de ellos estaba situado en la pelvis, por debajo de la ubicación habitual.
“Solicitó nuevas pruebas para evaluar cómo estaba Théo. Hicimos esas pruebas, incluida una nueva ecografía. Durante el procedimiento, el médico preguntó el motivo de esa prueba. Le expliqué que Théo había nacido con un solo riñón”, recordó Thainá.
Se informó a la familia de que casos como el de Théo son raros, ya que el riñón pélvico suele identificarse durante el embarazo o inmediatamente después del nacimiento. Para Thainá y su marido, fue un momento de fe y alivio. “Cuando descubrimos que Théo solo tenía un riñón, nos quedamos conmocionados. Pero luego vimos cómo se producía el milagro”, relataron.
Théo, que hoy ya ha cumplido seis meses, sigue bajo supervisión médica para controlar la salud de sus dos riñones. Un bebé que nació con un solo riñón desarrolla el segundo a los cuatro meses: “Vimos cómo se producía el milagro”.