Wade Wilson, un recluso de 30 años condenado a muerte por el asesinato de dos mujeres en Florida, ha solicitado formalmente que su ejecución se lleve a cabo lo antes posible. Conocido como “Deadpool” por compartir nombre con el antihéroe de Marvel, Wilson ha expresado a través de su abogado su deseo de “saltar la fila” del corredor de la muerte.
El abogado reconoció ante la Justicia que existen otros reclusos esperando su turno, pero aseguró que su cliente está decidido a no demorar más su destino. En Estados Unidos, los procesos de ejecución suelen demorarse durante años, incluso décadas. Un ejemplo reciente es Carey Dale Grayson, quien fue ejecutado este año después de esperar treinta años por la pena capital.
Un crimen que estremeció Florida
Wilson fue hallado culpable del asesinato de Diane Ruiz y Kristine Melton, crímenes que ocurrieron en 2019 en la ciudad de Cape Coral. El juez a cargo del caso calificó los homicidios como “particularmente crueles”. Tras la sentencia, las familias de ambas víctimas obtuvieron el derecho de presenciar la ejecución, una práctica permitida en ciertos estados.
La historia de Wade Wilson volvió a circular en redes sociales a principios de septiembre, luego de que se hiciera pública su solicitud para acelerar la pena de muerte. El caso captó aún más atención por la coincidencia con el personaje ficticio Deadpool, aunque las similitudes terminan en el nombre.
Infancia, adopción y señales de advertencia
Wilson nació en Fort Myers, Florida, fruto de la relación entre dos adolescentes. Fue entregado en adopción cuando aún era un bebé y criado por Candy y Steve Wilson en Tallahassee. Asistió a escuelas locales, incluyendo la secundaria Lawton Chiles High School.
Excompañeros lo describen como un joven problemático. Uno de ellos relató que, en su adolescencia, Wade robó el auto de sus padres adoptivos y estuvo desaparecido por tres días. Durante el juicio, sus padres adoptivos presentaron una carta en la que lo describieron como un niño alegre y muy querido, cuya vida comenzó a deteriorarse con el inicio de una fuerte adicción a las drogas.
Con el tiempo, Wade se volvió retraído, inestable y depresivo. También comenzó a experimentar episodios paranoicos y delirantes. “Intentamos juntar las piezas, pero no sabíamos cómo ayudarlo a ser la persona que era por dentro”, escribieron sus padres en la carta, agregando que sienten un profundo pesar por las víctimas de su hijo.
Violencia y caída final
Cuando cumplió 18 años, Wilson intentó reconectarse con su padre biológico, a quien contactaba principalmente para pedir dinero, según se reveló en el juicio. También salió a la luz el testimonio de su exnovia, Kelly Matthews, quien aseguró en TikTok que Wade nunca había sido violento con ella, hasta el 18 de febrero de 2019, cuando intentó estrangularla varias veces dentro de un automóvil.
Ese mismo año, poco después de ese incidente, Wilson asesinó a Diane Ruiz y Kristine Melton. La brutalidad del crimen y su historial mental levantaron cuestionamientos sobre los mecanismos de prevención que fallaron.
Un condenado con admiradoras
Desde su encarcelamiento, Wilson ha llamado la atención de decenas de mujeres. Entre junio y julio recibió 754 fotos enviadas por admiradoras; 163 de ellas fueron bloqueadas por el contenido explícito. También recibió 65 cartas durante ese periodo, todas bajo supervisión penitenciaria.
Su caso ha vuelto a poner sobre la mesa el debate sobre la pena de muerte, los retrasos judiciales en su ejecución, y la fascinación de ciertos sectores por criminales notorios. Wilson, quien alguna vez fue descrito como una “niñez feliz”, hoy espera morir por decisión propia, cargando con los crímenes que marcaron su nombre para siempre.
