Desde 2018, el conductor de apps David Alexandre dedica su vida a su mujer Bruna, que quedó en estado vegetativo tras sufrir dos paros cardíacos. Con 24 años, la joven sufrió graves secuelas por falta de oxígeno en el cerebro y hoy depende de cuidados las 24 horas del día.
David y Bruna se conocen desde la infancia. Empezaron a salir a los 18 años, se casaron a los 21 y planeaban tener un hijo en 2020. “Éramos una pareja joven, llena de sueños. Trabajábamos durante el día, íbamos a la iglesia por la noche y disfrutábamos juntos los fines de semana”, dice su marido.
La rutina cambió radicalmente el 28 de enero de 2018. Durante una visita a su suegra, Bruna sufrió una convulsión repentina, seguida de un paro cardíaco. Fue trasladada de urgencia a una Unidad de Pronto Atendimiento (UPA), donde los médicos tardaron unos 25 minutos en reanimarla. Una vez en el hospital, sufrió un segundo paro respiratorio.
Tras hacerle pruebas, los médicos le dijeron que Bruna había sufrido una lesión cerebral grave y que debía permanecer en estado vegetativo permanente. “Dijeron que si abría los ojos sería una ganancia”, recuerda David. La mujer estuvo hospitalizada un año y seis meses, 52 días en la UCI, y, sorprendiendo al equipo médico, mostró mejorías: empezó a respirar por sí misma, a mover algunas extremidades y a mostrar expresiones de risa y llanto.
Desde que recibió el alta en agosto de 2019, Bruna vive en su casa, donde su marido ha montado una estructura hospitalaria. Recibe atención médica mensual, fisioterapia y logopedia dos veces por semana, así como el apoyo diario de un técnico de enfermería. David se ha hecho cargo por completo de los cuidados de su mujer.
Tras dejar su antiguo empleo, empezó a trabajar como conductor de una app por las noches, de 20:00 a 3:00, después de que Bruna se hubiera ido a dormir. “Mi madre, mi suegra y un amigo se turnan para ayudarme”, cuenta. Los gastos médicos rondan los 7.000 reales al mes, y la familia sobrevive con sus ingresos y donaciones. Un fondo en línea está intentando recaudar unos 100.000 reales para un tratamiento complementario en Canadá, con suplementos asociados a la fisioterapia.
Incluso en estado vegetativo, David habla con su mujer, recuerda su matrimonio y estudia la Biblia a su lado. “Le declaro mi amor todos los días. Nunca he pensado en rendirme. Eso sería de cobardes. El amor y el respeto prevalecen”, afirma.
También se enfrenta al juicio en las redes sociales. “Ya me han sugerido que me vuelva a casar y que internen a Bruna, pero soy yo quien la necesita. No creo que lo que pasó haya sido la voluntad de Dios, pero creo en su recuperación. Aún vamos a realizar nuestros sueños: tener hijos y formar nuestra familia”, declaró.
